Cuando el despertador suena, a las seis y media, Mario Muñoz ya está levantado. Eso pasa todas las mañanas en su casa. Los días comienzan temprano y pueden acabarse muy tarde en la noche.
El cantante de Doctor Krápula es un roquero particular (por lo menos si del estereotipo del roquero se trata). Madruga, no trasnocha, no sabe tocar ningún instrumento y -como él confiesa- no canta bien.
Pero Mario, sin voz educada ni maestría en un instrumento, tiene algo más. Algo que lo hizo estar convencido, desde que era adolescente, de que su vida sería la música.